Este dispositivo puede ser inyectado directamente en un tumor e indicar a los médicos la dosis de radiación que han de administrar.
Además, según sus creadores, esta tecnología puede ayudar también a determinar el lugar exacto del tumor, ya que éste se va desplazando a lo largo del tratamiento.
Los investigadores trabajan ahora en buscar un modo para que pueda ser fabricado de una forma masiva y barata. Las primeras pruebas clínicas podrían tener lugar en 2010.
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