Los monos de Gibraltar ('Macaca sylvanus') viven en estado salvaje en el parque de La Forêt des Singes, en Francia, donde un grupo de investigadores acaba de realizar un nuevo estudio en el que han grabado la conducta de los animales.
Dana Pfefferle, del Centro Alemán de Primates en Göttinger, y su equipo registraron los gritos de hembras fértiles y no fértiles con un micrófono y después los reprodujeron con altavoces escondidos.
El resultado del experimento, adelantado por 'New Scientist', fue que los machos mostraban un evidente interés por los sonidos de las hembras fértiles.
En algunos casos, inspeccionaban los genitales de las hembras que tenían cerca, para ver si ellas también se encontraban en fase fértil; los más osados, incluso se acercaban al micrófono en busca de la hembra que emitía los gritos.
El grito eyaculatorio es una señal para los machos de que la competición para reproducirse ha comenzado. Los machos no ven problemas en compartir hembra y dar así una oportunidad a sus genes, por lo que se acercan sin complejos al lugar donde se está copulando.
Para las hembras, sin embargo, lo importante es conseguir al mejor macho posible, ya que sólo uno podrá ser el padre de sus criaturas. "Hay un conflicto de intereses entre el éxito reproductivo de los machos y de las hembras", resume Pfefferle.
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