Carece de color, es translúcido. Parece blanco porque posee infinidad de diminutas burbujas de aire cuya función es importantísima en el aislamiento térmico del animal. Estas burbujas de aire, actúan como si fuesen partículas en suspensión, dispersando la luz incidente, haciendo que la apariencia sea blanca.
No obstante, en determinadas momentos y lugares puede verse amarillenta o incluso parda clara. La pérdida del calor corporal se encuentra muy reducida tanto por el pelaje y el color de la dermis como por el espeso panículo adiposo que se encuentra bajo la piel y que sólo se adelgaza en la cabeza, especialmente en la nariz.
Durante el verano estos osos adelgazan y al poseer muy densamente vascularizados los músculos pueden irradiar entonces el exceso de calor. Los osos polares del zoológico de Singapur se volvieron verdes en 2004 al crecer grandes cantidades de algas sobre ellos, algo que nunca hubiese sucedido en una zona más fría. Episodios similares pero de menor importancia se dieron también en San Diego (1979) y Chicago (2005).
Sin duda alguna, nos quedamos maravillados al conocer a estos animales, la inteligencia y Sabiduria que tuvo Aquél que los creó.
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