¡Que no cunda el pánico! Aunque los muertos se levanten de su tumba, aunque los extraterrestres invadan la Tierra, aunque los robots se rebelen, incluso aunque se desate una pandemia que poco a poco erradique todo rastro de civilización, la Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos aseguró que podremos seguir chequeando el mail y viendo porno desde nuestra casa, y que eso podría ser la diferencia entre la vida y la muerte.
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La Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos está preocupada. ¡Y no es para menos! Con tantas amenazas dando vuelta (huracanes, amebas comecerebros, terrorismo, asteroides y zombis, entre otras cosas) las posibilidades de que la telefonía e Internet dejen de operar son muchas. Y no tener señal de móvil justo cuando Godzilla está a punto de aplastarte, puede ser un verdadero problema.
La principal preocupación de la comisión, sin embargo, son las pandemias. La pregunta que se hizo fue: ¿qué pasaría si una pandemia ataca a toda la humanidad? Y siendo que, incluso durante el apocalipsis, todos vamos a querer leer nuestros mails y mirar porno, era algo que merecía ser discutido. Y se discutió.
En días pasados, un panel patrocinado por la FCC, que incluyó a expertos en las telecomunicaciones, junto a representantes de los proveedores de Internet y telefonía, explicaron los retos que las empresas deberían enfrentar en caso de un desastre de proporciones globales, incluyendo pandemias y huracanes. La buena noticia es que, aseguraron, todo lo relativo a Internet y telefonía seguirá en estado operativo. Tienen planes de contingencias para estos casos y aseguraron que una cosa tan crítica como la comunicación, durante una crisis global, será posible. La clave, dicen, está en la administración de las redes, estableciendo prioridades y atendiendo los casos más severos, donde más se necesite estar comunicado.
Por ejemplo, como dijo Christopher Guttman-McCabe, el vicepresidente de asuntos regulatorios de CTIA, “una pandemia es algo similar a lo que sucede luego de los desastres naturales como un huracán. Los operadores necesitan determinar dónde es que la gente va a necesitar más ayuda, y también dónde están las instalaciones para refugiados y los hospitales. Con esa información, se puede potenciar la señal, dependiendo de las circunstancias.”
La mala noticia es que, de la misma manera, y temiendo que una pandemia provoque no solo nuestra extinción, sino una caída económica de proporciones bíblicas (ironía intencional), Christopher dijo que no había demasiado de lo que preocuparse. Que “muchos trabajadores podrán trabajar exclusivamente desde sus hogares o en lugares remotos, lo que limitaría la potencial exposición a la enfermedad.” O sea, incluso durante el apocalipsis habrá que currarla. Ugh.
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