miércoles, 22 de octubre de 2008

Cada vez somos más paranoicos


¿Siente que lo persiguen? ¿Le parece que la gente habla de usted a sus espaldas? ¿Teme ser víctima de un acto violento? Si es así, usted no está solo.
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Nos hemos vuelto cada vez más paranoicos y si no cambiamos radicalmente la forma como vivimos y trabajamos la situación seguirá empeorando.

Ésa es la afirmación del doctor Daniel Freeman, del Instituto de Psiquiatría del King's College de Londres, quien acaba de publicar el libro: "Paranoia: el Temor del Siglo XXI".

"La paranoia es un temor exagerado o infundado de que alguien está tratando deliberadamente de perjudicarnos", dijo a la BBC el doctor Freeman.

"Por ejemplo, pensar que los demás intentan irritarnos, angustiarnos o propagar rumores maliciosos sobre nosotros o incluso dañarnos físicamente", agregó el psiquiatra.

Sospecha

Durante una década el doctor Freeman ha estado dirigiendo una investigación pionera sobre la paranoia.

Para esto desarrolló un novedoso método de laboratorio para analizar la paranoia utilizando realidad virtual.

Según el investigador, sus estudios han demostrado que los niveles de paranoia y desconfianza del público general son mucho mayores de lo que se pensaba previamente.

Una de cada cuatro personas tiene regularmente pensamientos paranoicos, afirma el científico, y la cifra está en aumento.

"En la actualidad no dejamos que nuestros hijos jueguen en la calle, sospechamos de los extraños y de las cámaras de CCTV que están en todas partes".

"Y pienso que hay varios factores que pueden conducir a un aumento de la paranoia en la sociedad", explica el psiquiatra.

Uno de estos factores es "la excesiva cobertura en los medios de comunicación sobre actos peligrosos que son raros pero dramáticos como crímenes y terrorismo".

"Por ejemplo, tenemos 500 veces más posibilidades de morir de cáncer que de ser asesinados", dice el doctor Freeman.

"Y sin embargo, cuando leemos el periódico encontramos el doble de historias sobre asesinatos y crímenes que sobre cáncer".

Según el psiquiatra, esta excesiva cobertura crea percepciones incorrectas en nuestro juicio y nos hace sobrestimar las posibilidades de que estas amenazas ocurran en realidad.

Pero también hay otros factores que están contribuyendo a esta nueva era de sospecha y persecución, como el aumento en el número de personas que viven en ciudades, el ambiente físico cada vez más reducido en que vivimos y la creciente desigualdad entre ricos y pobres.

En su libro el doctor Freeman afirma que "por primera vez en la historia de la humanidad, en el 2008 estamos viendo que la población urbana ha sobrepasado a la población rural mundial".

En 1800 sólo 5% de la población vivía en zonas urbanas alrededor del mundo, pero para el año 2030 el 65% de los habitantes vivirá en ciudades.

"Esto no es una buena señal para nuestra salud mental" expresa el psiquiatra.

"Porque desde hace tiempo los estudios han demostrado que las tasas de paranoia son dos veces más altas en las ciudades que en las zonas rurales".

Aislamiento

Según el científico esto se debe a que los vínculos sociales son mucho más "holgados" en las ciudades que en las áreas rurales donde existen redes comunitarias relativamente estables.

Y el aislamiento social, el estrés y la ansiedad, consecuencias de la vida urbana, están estrechamente asociados a los pensamientos paranoicos, así como el incremento en el consumo de drogas como marihuana.

Pero además, dice el científico, "la pobreza, las privaciones y las desigualdades económicas están vinculadas a la mala salud y a niveles más altos de enfermedades mentales".

Estudios llevados a cabo en Estados Unidos han demostrado que las personas que viven en los estados con las mayores desigualdades en los ingresos, muestran los niveles más bajas de confianza y los niveles más altos de mortalidad.

La desconfianza, afirman los expertos, está asociada a las muertes por cáncer, enfermedades del corazón e infartos.

"Cada generación ha tenido a su "coco", su "roba chicos" y su "hombre del saco". Y la nuestra incluye a terroristas, pandilleros y pedófilos", expresa el psiquiatra.

"Pero los verdaderos asesinos de nuestra era son las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y los accidentes de tránsito".

"La excesiva cobertura de esos peligros promueve una cultura de paranoia, porque es difícil permanecer tranquilo cuando todos alrededor entran en pánico".

Según el doctor Freeman, necesitamos trabajar mucho para detener el aumento de la paranoia tanto a nivel de la sociedad como individual.

"A nivel individual es relativamente sencillo con técnicas como la terapia cognitiva conductual".

"Pero si realmente queremos llegar a la raíz del problema -agrega el psiquiatra- necesitamos tomar medidas urgentes a nivel más amplio, desde concientizar a la gente sobre la paranoia hasta entrenar a terapeutas para combatir los efectos de esta tendencia potencialmente dañina".

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