Los corredores ancianos tienen la mitad de las probabilidades de morir por enfermedades como el cáncer cuando se los compara con aquellos que no corren.
También disfrutan de una vida más sana con menos limitaciones, asegura la investigación realizada por el equipo de la Stanford University Medical Center.
Según los expertos, los resultados -publicados en los Archivos de Medicina Interna de Estados Unidos- resaltan la importancia de que los adultos hagan ejercicio regularmente.
El estudio supervisó a 500 corredores adultos durante más de 20 años, comparándolos con un grupo similar de no corredores. Todos ellos tenían alrededor de 50 años cuando comenzó el experimento.
Diecinueve años después, 34% de los no corredores habían fallecido, comparado con sólo un 15% de fallecidos entre los que sí hacían ejercicio.
Diferencias
Ambos grupos experimentaron dificultades y limitaciones físicas en el transcurso de sus vidas, pero para los corredores esas dificultades comenzaban mucho más tarde: un promedio de 16 años después.
Es más, las diferencias en el estado salud entre los dos grupos siguió ampliándose incluso cuando entraron en la novena década de sus vidas.
Aparentemente, correr no sólo reduce la tasa de muertes relacionadas con el corazón y las arterias, sino también el ejercicio de correr es asociado con menos muertes por cáncer, enfermedades neurológicas, infecciones y otros desórdenes.
Además, no se encontró evidencia de que aquellas personas que corren son más propensas a sufrir artrosis o a necesitar una artroplastia (operación de la rodilla), algo que había sido una preocupación de los científicos.
El profesor James Fries, el líder de la investigación, dijo: "El estudio promueve un mensaje a favor del ejercicio. Si uno debe elegir algo para hacer que la gente sea más sana a medida que envejece, sería el ejercicio aeróbico".
"Los beneficios que el ejercicio lleva a la salud son aún más importantes de lo que imaginábamos", agregó Fries.
Promoción
La organización Age Concern, del Reino Unido, afirma que muchas personas mayores no hacen suficiente ejercicio.
Por ejemplo, sus investigaciones demuestran que más del 90% de los adultos británicos mayores de 75 años no cumplen con la recomendación internacional de realizar un ejercicio de intensidad moderada durante media hora, al menos cinco veces por semana.
El director general de Age Concern, Gordon Lishman, dijo que la investigación realizada en la Universidad de Stanford "vuelve a confirmar los claros beneficios que el ejercicio frecuente puede dar a los ancianos".
"El ejercicio puede ayudar a las personas adultas a mantenerse ágiles e independientes, a tener un corazón sano, a mantener el peso y los niveles de estrés bajo control, y a lograr dormir mejor".
Según Lishman, este tipo de estudios además resalta la necesidad de promover el ejercicio entre los adultos mayores.
"Mientras que los jóvenes son bombardeados por sugerencias de llevar una vida más sana, a menudo las necesidades de salud de las personas adultas son pasadas por alto", aseguró Lishman.
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