domingo, 6 de enero de 2008

Fumar en bares y restaurantes de Francia ya es ilegal


Con la llegada de 2008, tal como es ya el caso en numerosos países europeos, fumar estará estrictamente prohibido en los bares, cafés y restaurantes de Francia, aún cuando habrá una cierta flexibilidad de los controles durante las fiestas de este Año Nuevo.
Refiriéndose a los casos Irlanda, Escocia e Italia, donde medidas similares se aplicaron sin grandes problemas, la ministra de Salud, Roselyne Bachelot, rechazó acordar derogación alguna. Más aún, la ministra afirmó este lunes que no habrá "ninguna flexibilidad" en la aplicación del decreto de noviembre de 2006 que establece esta prohibición.
Su ministerio, que indicó el viernes que el decreto se aplicará a partir de las 00H00 del 1 de enero en los lugares de convivencia (bares, hoteles, restaurantes, casinos y discotecas), precisó que "no habrá controles el 1 de enero".
En los transportes, empresas, establecimientos escolares y hospitales del país ya estaba terminantemente prohibido fumar desde febrero de 2007.
Si bien las medidas restrictivas cuentan con la aprobación de una mayoría de los franceses -un 86% se había manifestado favorable a principios de este año- no por eso no han generado resistencias. Las reacciones más airadas han surgido de parte de los que en Francia se llaman "buralistas", los comerciantes que tienen una autorización especial para vender tabaco.
Estos, que desde que comenzaron las restricciones para el consumo de tabaco han solicitado compensaciones para la disminución de sus cifras de negocios, piden ahora poder organizar el espacio en sus locales.
Esto, porque las únicas excepciones a la regla podrán darse en las terrazas abiertas de los cafés o cuando haya instalados locales especiales para fumadores dentro de los establecimientos. Esa medida parece difícil de aplicar, debido a complicaciones reglamentarias y al elevado costo de las instalaciones.
Con el apoyo de ciento sesenta diputados e incluso del secretario de Estado encargado de la función pública, André Santini, gran fumador de habanos, decidieron dirigirse directamente al presidente Nicolas Sarkozy para hacer oir sus dolencias.
En particular solicitan una derogación para los pequeños locales que no permiten por razones de superficie, la instalación de un recinto reservado a los fumadores, como también para los "bares y tabaco" de las zonas rurales, que son a menudo el últimos lugar donde la gente se reúne para compartir.
El temor de éstos es que si el gobierno no acepta estas derogaciones, sufrirán una nueva bajada en sus cifras de negocios. Según la principal organización que reúne en Francia a los profesionales de los sectores afectados por la medida, habrá un periodo de seis meses a un año que será particularmente difíciles, especialmente para los bares.
De todos los comerciantes concernidos por esta ley, los que parecen más afectados, sin embargo, son los propietarios de los locales de narguile, muy de moda en Francia en los últimos años y cuya principal prestación es precisamente el fumar.
Estos anunciaron desde ya que atacarían el decreto a partir del momento mismo de su aplicación.
De todas maneras, la decisión de las autoridades francesas parece ser sin apelaciones si se tiene en cuenta las sanciones previstas por el decreto para los que contravengan la ley. Una multa de hasta 450 euros (675 dólares) será aplicada a los fumadores irredentes. La sanción financiera puede llegar a 750 euros (1.125 dólares) para los dueños de establecimientos que no hagan respetar la nueva disposición.

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